Economía, Negocios y
Relaciones Internacionales

Política Internacional

Abr 21

Este artículo fue publicado originalmente por Carlos Parodi en GESTIÓN.

Autor: Carlos Parodi, Jefe del Departamento Académico de Economía de la Universidad del Pacífico.

Trump

Sin duda alguna, la elección de Trump, más aún después de sus primeras medidas, cambia el ajedrez económico mundial, más allá de que estemos o no de acuerdo con sus ideas. Me explico. Trump tiene un estilo de gobernar basado en la confrontación con el resto del mundo; parece que buscara los enemigos. Eso es nuevo, pues los últimos presidentes de los Estados Unidos han tenido una postura diferente. Algunos dirán que es mejor como lo hace Trump; otros pensarán lo contrario y cada uno tendrá sus razones.  El punto es cuál es la consecuencia de ello.

En lo que todos podemos coincidir es que le ha agregado incertidumbre a la ya alicaída economía mundial. El peor daño que se le puede hacer a una economía es no tener un mínimo de predictibilidad. Y eso es lo que está ocurriendo. Nadie sabe con quién se peleará en la próxima declaración que haga ni cuál será la reacción de la otra parte. Insulta a México. ¿Habrá medido la eventual reacción, en el campo económico del mismo México y por qué no decirlo, de China? El gigante asiático puede asumir el liderazgo que deja los Estados Unidos y eso llevaría a una nueva correlación de fuerzas en el mundo. ¿Y Rusia?

El resultado, ante la falta de liderazgo mundial, es que nadie sabe en qué invertir. La historia financiera mundial muestra que es el terreno propicio para el surgimiento de burbujas especulativas. Si un grupo de inversionistas corre hacia cualquier activo, que puede ser una materia prima, viviendas o cualquier activo financiero, su precio subirá y creará la sensación que “es el mejor negocio del momento”. La especulación hace subir su precio. Los gobiernos que producen esos bienes, digamos cobre, piensan algo así: “ahora nos recuperaremos pues el precio comenzó a subir”. Ven el futuro con optimismo, que comparten con la población a través de los medios de comunicación. La gente cree. ¿Y qué pasa cuando la burbuja estalla y el precio comienza a bajar? Pues que mucha gente que asumió deudas creyendo que la economía por fin se enrumbaba por el camino correcto e invirtió o compró bienes duraderos, se encuentra en una situación en la que no puede pagar. Los problemas comienzan para muchas familias.

La moraleja de esta historia puede ser la siguiente: en tiempos de incertidumbre, hay que actuar con mucha cautela, pues los precios pueden moverse casi sin explicación. La historia económica mundial es testigo de una gran cantidad de eventos similares. La incertidumbre exige ser conservador en nuestras decisiones.

¿Y todo esto puede ser originado solo por un presidente? Sí y además por las respuestas que tengan los demás países. No es cualquier país, sino la primera o segunda economía mundial según el método de cálculo, cuya moneda es usada en todo el planeta para transacciones comerciales y financieras. Tampoco sabemos (todavía) la respuesta de China, el gigante destinado a reemplazarlo en caso sea necesario. Y todo esto está más allá de la eterna discusión de lo bueno o lo malo del proteccionismo. Esperemos.   

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