Este artículo fue publicado originalmente en la Sala de Prensa de la Universidad del Pacífico
El CIUP participó en un proyecto académico internacional para investigar el desempeño de las empresas chinas en Latinoamérica, incluido el Perú. Cynthia Sanborn, Vicerrectora de Investigación de la UP y coautora de los informes, explica los hallazgos de la investigación regional.
China ha tenido un papel protagónico en la historia del reciente boom de las materias primas, fenómeno que produjo un éxito económico sorprendente en América Latina. Ello ha motivado a que un proyecto de investigación internacional de Boston University –en el que participó el Centro de Investigación de la Universidad del Pacífico (CIUP) – haga un balance del impacto socioambiental de sus inversiones y vínculos comerciales con la región, en momentos en que el auge extractivo está en declive.
Riesgos en la región
“China en Latinoamérica: Lecciones para la cooperación Sur-Sur y el desarrollo sostenible” es el título del informe de resumen de la investigación, que reúne las conclusiones de los estudios en ocho países de la región: Perú, Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador y México. El informe, –escrito por Cynthia Sanborn, Vicerrectora de Investigación de la UP, y otros tres investigadores– es claro en resaltar los riesgos de la relación económica entre China y Latinoamérica: las exportaciones al gigante asiático causan más emisiones de efecto invernadero y utilizan más agua por dólar de producción que las exportaciones a otros países, y además generan menos empleo. Esto, porque la dinámica de exportación e inversión con China se ha concentrado en minería, petróleo y agricultura comercial, sectores relacionados con el riesgo ambiental y los conflictos sociales. Asimismo, las inversiones extractivas chinas tienden a estar en zonas de alta biodiversidad y fragilidad ambiental.
Por otro lado, el documento señala que el Estado chino es consciente de los impactos generados y ha establecido políticas de cuidado ambiental y responsabilidad social para sus empresas en el exterior. Las empresas chinas que operan en nuestra región han demostrado tener la capacidad de gestionar buenas prácticas socioambientales; sin embargo, carecen de experiencia “en terreno”. Por ello, la investigación ha señalado procesos de aprendizaje diversos y ha terminado en propuestas para mejorar las políticas de regulación y mitigación de riesgos, tanto en Latinoamérica como en China.
Las lecciones peruanas
Ese aprendizaje de las empresas chinas se puede notar en el estudio realizado para el caso peruano, escrito por Sanborn y Victoria Chonn, investigadora del CIUP y candidata doctoral en la University of Southern California (USC). Lleva como título “La inversión china en la industria minera de Perú: ¿Bendición o maldición?”. Allí se puede leer el análisis del desempeño de las empresas chinas de los noventa y las más recientes, tomando en cuenta los diferentes escenarios de regulación ambiental. La investigación en Perú se detiene en tres casos: Shougang (Marcona), Chinalco (Toromocho) y Zijin Mining Group (Río Blanco).
Las lecciones han sido capitalizadas por las autoridades chinas y peruanas para impulsar los grandes proyectos. Pero también hay algunas advertencias que tomar en cuenta: las mineras chinas aún son reacias a la transparencia y la rendición de cuentas, y el gobierno peruano ha relajado las políticas medioambientales para acelerar los proyectos mineros, situación que –como apunta Sanborn– puede ser contraproducente.
Investigación de gira
El informe sobre Perú fue presentado en eventos con académicos, funcionarios públicos, banqueros, activistas ambientales y medios de comunicación en Washington DC y Beijing, en mayo y agosto del 2015, respectivamente. En Lima, fue presentado en un panel propio en el marco de la Junta de Gobernadores del Banco Mundial y del Fondo Monetario, realizada en octubre del año pasado.
Leave a Comment